viernes, 22 de julio de 2011

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado VI


Aquí una respuesta a los últimos textos de parte del c. Khan (Perú)

Saludos:
A título personal en este nuevo espacio que ante todo nos permite poder esclarecernos en la situación mundial actual en que nuestra clase confronta a la burguesía de la manera más agresiva como consecuencia de la crisis mundial del capital. Mientras escribo estas líneas proletarios ¨indignados¨ han vuelto a tomar las calles de España, minorías consecuentes pugnan por contribuir en la formación de asambleas lo que para todos es un indicio de la forma a emprender la lucha para la auto-gestión y la toma de decisiones en la dictadura social del proletariado que vaya a formarse y que al igual que nosotros todos estamos dispuestos a emprender.
Primero, comenzar por algo que pienso inquietaría a cualquier comunista y esto es concebir los movimientos sociales y cualesquiera fenómeno de orden social más aún tratándose de lucha de clases como una ¨pureza¨, los compañeros de “Proletarios Salvajes” hablan que la política es alienante como si todas los fracasos y errores de nuestra clase en el decurso del proceso histórico no hubieses tenido caracteres justamente de orden ¨apolítico¨ o de falta de organización, los dialécticos entendemos que toda forma de lucha en la sociedad de clases y más  aun cuando esta va emprendida del seno de una clase desposeída como el proletariado, está integrada por elementos de orden político, social y económico fundamentalmente y que por tanto las contradicciones de clase se dan sobre este terreno, coincido con los compas de Tentativa XXI cuando mencionan que precisamente son las inconsistencias o debilidades políticas lo que ha llevado a la clase al fracaso, ¡miren pues compas de “Proletarios Salvajes” de qué se trata el apoliticismo cuando vemos que el 15M en España aparentemente puro comienza por contemplar una visión reformista!, la pregunta es ¿por qué?.
Son entonces estas cuestiones capitales la que nos llevan a sacar lecciones y no simples consignas románticas a la que nos tiene acostumbrado la pequeña burguesía ¨socialista¨,  nosotros somos marxistas proletarios no marxólogos y no debemos entender los procesos históricos como simples embates espontáneos concatenados sino la de comprender la dimensión histórico-social, sus condiciones socio-económicas y las condiciones que engendran sus contradicciones cuyo expresión materializada comprende una doble relación social y política. Si entendemos la política como el arte de ¨gobernar a¨ o ¨dirigir a¨, entonces caemos en la terminología alienante de la sociología burguesa, por política los proletarios habremos de hablar de auto-organización, distribución de tareas a nivel práctico-teórico en diversos sectores o ramos de producción, y de las minorías lúcidas que emerjan no por encima sino como parte de la clase obrera habremos de sentar las bases de un partido histórico.
Por otro lado en respuesta al compañero Leons, pienso que la aclaración sobre ¨violencia revolucionaria¨ como un medio me parece muy unilateral. En Arequipa (Perú) un “payaso” maoísta llamado Lora Kam definió a la violencia como ¨la partera de la historia¨ cosa que me remonto a los años en que Dühring creía que el mal humano era su carácter violento haciendo abstracción de su situación social, no es así compañero, la violencia es una manifestación irracional como tantas manifestaciones que emanan de nuestra subjetividad, las luchas no solo van acompañadas de violencia ¨pura´¨ sino comprenden una doble relación es la solidaridad con nuestros hermanos (amor) lo que nos lleva a desatar odio (violencia)  contra los opresores de la burguesía, primero debemos comprender esta sicología dialéctica sino podemos caer en irracionalidad aun cuando tengamos fundamentos una vez presente una situación revolucionaria, la irracionalidad seudo-revolucionaria se contrapone a la racionalidad revolucionaria  y como seres humanos debemos entender de la dialéctica de nuestras emociones, sentimientos y pasiones reflejo de la condición material en la que vivimos.
Así de esta forma expreso mis puntos de vista, pienso debemos zanjar algunos sesgos anti-dialécticos, no hay economicismo puro ni política pura, ni sentimientos puros, etc. Tengamos en cuenta que la comprensión dialéctica no solo debemos llevarla al terreno económico sino a su manifestación socio-política y su repercusión en la sicología social – en el sentido materialista hablo de sociedad de clases- , eso es todo.
Saludos
C. Khan

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado V

Respuesta de los “Proletarios Salvajes” a los compas de Tentativa XXI.

Compañerxs,
Gracias por responder, pero programáticamente discrepamos por completo de su respuesta. 
¿Por qué la revolución proletaria no impone un "régimen económico comunal", un "plan económico social" y/o un "un modo de producción" o una "economía" comunistas? ¿Por qué el comunismo no es una nueva economía, un nuevo modo de producción ni un nuevo régimen?
Porque la sociedad capitalista se basa, entre otras cosas, en la separación y alienación (reificación, si se prefiere) de la praxis humana, que es originalmente humana o total. ¿Cómo la separa? En "instancias" o "esferas": por un lado la economía, por otro lado la política, la cultura, la sexualidad, la ciencia, el arte, etc., etc. En el capitalismo, concretamente, la esfera o instancia dominante es la economía en tanto esfera separada/alienada de la producción material de la vida, es decir que el capitalismo se basa, en este sentido, en la alienación economicista (al decir del antiguo Grupo Praxis). La "determinación en última instancia" de la economía sobre el resto de esferas o sobre la "superestructura" o el "determinismo económico" no son más que expresiones de la alienación economicista, porque en este caso la historia no la hace la humanidad sino un fetiche llamado capital (o "fetichismo de la mercancía", si se prefiere). Y la historia de la sociedad de clases y fetiches en realidad es, en palabras de Marx, "la prehistoria de la humanidad" con la cual precisamente acaba el comunismo. 
Como sabemos, sobre la base de la propiedad privada y la esclavitud asalariada (históricamente impuestas por y vigiladas por el terrorismo estatal), el capitalismo produce mercancías para obtener ganancias y acumular capital, no produce valores de uso para satisfacer las necesidades humanas. Y esto no es otra cosa que la dictadura de la mercancía, del dinero, de la tasa de ganancia, del capital: en fin, no es otra cosa que la dictadura de la economía sobre la humanidad (y la naturaleza). Es decir, la alienación economicista o el fetichismo mercantil son la dictadura de la economía o la dictadura del capital. 
Por lo tanto, para el movimiento comunista histórico, no se trata de gestionar de un modo "obrero" y "revolucionario" la dictadura de la economía o del capital, sino de abolirla revolucionariamente mediante la dictadura social del proletariado. Marx dice claramente que la revolución proletaria será una revolución social o total y no una revolución política o parcial (como ha sido toda revolución burguesa o toda contrarrevolución capitalista-burocrática). Lo mismo se aplica para la economía. Nuestra revolución no será una revolución económica (ni política), sino que más bien abolirá la economía en tanto alienación economicista o dictadura de la economía.  Obviamente para vivir los humanos necesitamos la producción material, por lo cual ésta no se abolirá sino que se revolucionará: concretamente, se revolucionará el qué y el cómo producir las condiciones y medios para vivir; ya no se producirá mercancías para producirle ganancias al capital bajo condiciones de propiedad privada, mercado y salarios, sino que produciremos de manera libre y asociada, según nuestras capacidades y, sobre todo, para satisfacer nuestras reales necesidades humanas, además que esta actividad no estará separada ni alienada del resto de actividades humanas, del resto de la vida (lo cual, dicho sea de paso, nos transformará antropológica y ontológicamente también). 
En este sentido, el comunismo es, por un lado, la dictadura de las necesidades humanas sobre la dictadura de la economía; y, por otro lado, la reunificación/reconciliación de la humanidad consigo misma, de su propia actividad vital o praxis que la hace a ella y al mundo.  
Hablar de "economía comunista" es como decir café descafeinado o abuelita virgen. Es una contradicción real y en los términos. Es imposible. El comunismo es antagónico a la economía, o sea al capitalismo. Plantear un "plan económico social" o un "régimen económico comunal" es plantear solamente una reforma a la dictadura de la economía, al capitalismo. Es continuidad con el sistema, no ruptura con él. Es, por tanto, un planteamiento todavía socialdemócrata que los proletarios comunistas debemos criticar y romper. ¡Se trata de abolir la maldita dictadura de la economía que nos esclaviza, asfixia y mata día a día, no de reformarla y darle continuidad!
Por lo expuesto, el comunismo es profundamente y en todo sentido antieconómico. La dictadura revolucionaria del proletariado (que, como lo explicitamos en el texto, es revolucionaria porque es social, antiestatal, internacional y autoabolicional) es la dictadura de la humanidad contra y sobre la maldita dictadura de la economía. El comunismo no es, pues, un nuevo modo de producción ni un nuevo régimen o sistema social. Es una comunidad humana real y mundial surgida de la revolución comunista mundial. 
Como dice lúcida y categóricamente Gilles Dauvé: 
"Cualquier definición económica del comunismo sigue estando dentro de la esfera de la economía, esto es, la separación de los momentos de la producción del resto de la vida. El comunismo no es una sociedad que alimentaría adecuadamente al hambriento, cuidaría al enfermo, alojaría al que no tiene casa, etc. No puede basarse en la satisfacción de las necesidades tal como existen hoy o incluso como podríamos imaginarlas en el futuro. El comunismo no produce suficiente para cada cual y lo distribuye equitativamente entre todos. Es un mundo en el que la gente entra en relaciones y en actos que (entre otras cosas) dan como resultado que sean capaces de alimentarse, cuidarse, alojarse... ellos mismos. El comunismo no es una organización social. Es una actividad. Es una comunidad humana."
De igual manera, nosotros ya argumentamos en el texto programático enviado lo siguiente: 
"... el capitalismo se basa en la alienación, separación, explotación y dominación de la praxis humana unitaria o total. Es decir, este sistema consuma la fragmentación de la sociedad en “esferas”, y de los humanos en “roles”, mediante la institución de la división del trabajo, de la “especialización” (y los “especialistas”). Así, mientras la economía es la esfera separada y alienada de la producción material de las condiciones de vida (y la que domina o “sobredetermina” a las demás, lo que se conoce como alienación economicista), la política es la esfera separada y alienada de la decisión sobre la vida, del poder. [...]
De allí también que el movimiento comunista no pretenda crear mediante la “política revolucionaria” una “economía comunista”, un “plan económico social” o un “régimen económico comunal” ni nada que se le parezca (grave error que se puede observar en el programa de la cci y de otras minorías), sino criticar y abolir la economía y la política, el trabajo y el Estado, el sindicato y el partido, y toda forma de alienación, separación, explotación y opresión en general. [...]
En el fondo, esto es así porque el comunismo es la reconciliación de la humanidad consigo misma (y con la naturaleza o el cosmos) aboliendo las clases y los fetiches; es la reunificación y desalienación de todas y cada una de las actividades humanas, de la totalidad de las relaciones, de la praxis y del hombre. La revolución comunista se hace para reapropiarnos y disfrutar de nuestra vida, de sus condiciones, sus actividades y sus frutos, en toda su multidimensionalidad o totalidad… Para que la humanidad vuelva a ser humanidad.
(Es por ello que no se puede pensar y actuar en pos del comunismo bajo los mismos parámetros del capitalismo –economía, política, ideología, o trabajo, Estado, etc.-. El comunismo no es un capitalismo mejor administrado o sin los peores males del capitalismo (¡bazofia socialdemócrata contrarrevolucionaria!). Tampoco es “un nuevo modo de producción” con un “nuevo Estado” (¡otra bazofia socialdemócrata!). El comunismo es la negación, irrupción, ruptura, abolición y superación del capitalismo. El comunismo no solo es una forma histórico-social superior al capitalismo, sino una forma de Ser (de humanidad) profunda, radicalmente distinta y opuesta. Es otro Ser y, por tanto, otro paradigma; un saber otro y antagonista. Existe y se mueve bajo otras lógicas, en este caso, es práctica y teóricamente antieconómico y antipolítico, antimercantil y antiestatal; en suma, anticapitalista, antifetichista o antialienación y antiseparación, tanto en la acción como en el pensamiento. Con esto recordamos, de paso, que la categoría revolucionaria central es la totalidad, así como el antagonismo).
Por otro lado, y como ya hubo de aclararlo Marx (aunque también Bakunin), la revolución proletaria no es una revolución política o parcial, sino una revolución social o total. La revolución burguesa fue –tenía que ser- política. La revolución proletaria será –tendrá que ser- social.
El principio de la política es la voluntad y el poder del Estado. El principio de lo social es la totalidad social de la vida y el ser (o si prefiere, cómo nos relacionamos para vivir). Por tanto, una revolución política solo redistribuye (democráticamente) el poder pero dejando intactas las condiciones de ese poder que nos despoja de controlar nuestras propias vidas. En contraposición a ello, una revolución social abole tales condiciones en pos de la reapropiación y el control sobre nuestras vidas. La revolución política solo cambia una clase dominante por otra, un gobierno por otro, un Estado por otro. Por el contrario, la revolución social suprime revolucionariamente las clases sociales y el Estado. En fin, una revolución política no es revolución, es reforma, y toda reforma es conservadora de lo esencial: del capitalismo, la sociedad de clases y el Estado, de la contrarrevolución. Una revolución política, entonces, es parcial, reformista y contrarrevolucionaria por esencia. La revolución social, muy por el contrario, es una revolución total, integral y radical o no es (“o cambiamos todo y de raíz o nada cambia”). La revolución proletaria es una revolución social, no política ni económica ni cultural.

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado IV

Aquí una réplica de los compañeros de Tentativa XXI (República Dominicana) a los primeros puntos del documento de “Proletarios Salvajes” (Ecuador).

Saludos Compañeros:
Gracias por enviarnos la versión corregida de "su" documento....pues así se contribuye con la consolidación y avance de la coordinación internacional de nuestras fuerzas para responder a los ataques del capital desde una posición de fuerza.  Estos intercambios fluidos ayudan a resolver la dispersión de la organicidad del movimiento comunista, con la intención de reagruparla en núcleos revolucionarios, embrión de la dictadura social del proletariado, para dirigir la Internacional Comunista y la revolución proletaria mundial, y también de expandir simultáneamente las luchas reivindicativas actuales y enfrentar y derrotar la propuesta del Departamento de Estado asumida por el G-8.
En una primera lectura del texto corregido ustedes dicen que "...el movimiento comunista no (pretende) crear mediante la 'política revolucionaria' una 'economía comunista', un 'plan económico social' o un 'régimen económico comunal' ni nada que se parezca (...), sino criticar y abolir la economía y la política, el trabajo y el Estado, el sindicato y el partido, y toda forma de alienación, separación, explotación y opresión en general".
Existe la posibilidad, independiente de la debilidad política del movimiento comunista, de que el proletariado desate una insurrección exitosa en un país y se mantenga en el poder hasta que llegue la ayuda del proletariado internacional? Nosotros creemos si y sabemos que la revolución comunista es mundial o no lo es!  Ahora bien, el éxito de la insurrección proletaria en este y/o aquel país plantea la cuestión de la necesaria simultaneidad y los desniveles actuales de la lucha de clases, así lo mostró claramente el llamado realizado por nuestros hermanos de clase desde Grecia en el 2008.  Nuestra debilidad política internacional no les permitió ir más lejos.  El embrión de la dictadura social de proletariado que se impone en un país requiere entonces de un régimen económico comunal que nos permita resistir y mantenernos en el poder mientras logramos la nivelación internacional de las luchas proletarias durante el periodo de transición.  Estamos ante un problema teórico complejo que requiebre de mayor elaboración....Se entiende que se trata de una acción violenta contra el capital, con la intención de abolir su naturaleza y el trabajo asalariado.  En ese contexto entendemos la pertinencia del Plan Económico Social, a partir de las condiciones de clase explotada de nuestros hermanos de lucha en todas partes del mundo.
Para entender correctamente nuestra propuesta al debate en curso tenemos que ubicarnos en la dictadura social del proletariado como periodo de transición de un modo de producción a otro, del modo de producción capitalista al modo de producción comunista.  Durante todo ese periodo de destrucción de la política y la economía, inclusive el régimen económico comunal, el proletariado tiene la intención, está obligado a negarse como clase, sin que ello signifique decretar el fin de la lucha de clases.  Se trata de un periodo largo donde la insurrección proletaria exitosa puede y ha sido derrotada, si no se expande simultáneamente a otras latitudes.  Sabemos que ese aspecto de la propuesta tiene una debilidad, encierra un peligro; pero necesitamos una base de sustentación que posibilite el transito a la Comuna, al modo de producción comunista.  Es utópico pensar que en el marco inmundo en que nos encontramos podría ser de otra manera.
En el Comunismo no existen las clases entonces la necesidad histórica de la dictadura social del proletariado "desaparece".  En ese estadio de la humanidad el régimen económico comunal es superado por el modo de producción comunista, que no podemos imponer ahora aunque queramos.  Nosotros no debemos olvidar que la revolución comunista o es mundial o no lo es, como ustedes plantean.  Es decir que tiene que existir un nivel mínimo de reconocimiento de su sujeto histórico, que hoy vuelve a despertar, de saber que es portador de un proyecto revolucionario, negador del capitalismo, y que solo levantándose simultáneamente puede destruir su dictadura.  Y en los niveles actuales el proletariado no se reconoce en las luchas de sus hermanos de clase en otras partes del mundo, aunque ello está cambiando.  Pero, mientras las minorías revolucionarias continuamos trabajando para resolver nuestra debilidad política, sugerimos que cualquier insurrección exitosa imponga un régimen económico comunal que le permita resistir hasta que llegue la ayuda del proletariado internacional.  Esperamos que esta primera respuesta nos permita continuar con el debate comunista.
Con saludos revolucionarios,
tentativa21.blogspot.com

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado III

En respuesta al primer documento, los compañeros "Proletarios Salvajes" (Ecuador) contribuyen al esclarecimiento con el siguiente texto. Es un documento extenso, por tal motivo pedimos que puedan tomarse el tiempo para leer y reflexionar sobre cada punto que se han desarrollado los compañeros.

COMENTARIOS CRÍTICOS
A “PRINCIPIOS POLITICOS REVOLUCIONARIOS DEL PROLETARIADO” DEL GEC

(NdR: Para facilitar su lectura y evitar confusiones, el texto del GEC lo pondremos a continuación en letra color negro, cursiva y negrita, mientras que nuestros comentarios críticos irán en letra color rojoscuro, sin cursiva y sin negrita)

En primer lugar, estamos de acuerdo en que las minorías revolucionarias deben superar el espíritu de secta y adoptar el espíritu de clase; que deben trabajar con solidaridad y unidad de clase; y, que esto tiene por base material las necesidades concretas del movimiento de lucha emergente de nuestra clase, pero también una plataforma común de principios o la afinidad programática. En pocas palabras, estamos de acuerdo en que la centralización es una necesidad de la lucha proletaria y en que no existe unidad revolucionaria sin principios revolucionarios.

Ahora bien, nuestra crítica compañera y revolucionaria a su “borrador” empieza por el principio, por el nombre mismo que le han puesto. Como se podrá constatar luego, no se trata de criticar solo una palabra (en este caso, “políticos”), sino un concepto, esto es la concepción o significación (de clase) que existe detrás de tal palabra, lo cual no solo es algo teórico sino histórico-práctico.

Los principios revolucionarios del proletariado no son abstractos ni son políticos. No son abstractos porque no son objetos ideales o creaciones puramente intelectuales de un individuo o un grupo de “iluminados”. Son, por el contrario, expresiones o síntesis teóricas de las determinaciones prácticas del antagonismo histórico y mundial entre proletariado y burguesía, entre revolución y contrarrevolución, entre comunismo y capitalismo. Es la lucha histórica y mundial de nuestra clase, sobre todo en las grandes oleadas revolucionarias internacionales donde ha actuado como fuerza histórica revolucionaria o como Partido, la que ha producido el programa comunista, no viceversa. Pero, a la vez, la actividad teórica de los proletarios-comunistas, cuyo eje es la restauración programática y el balance histórico de las luchas proletarias, es parte sustancial de la praxis revolucionaria, puesto que de esa manera se extrae lecciones de las derrotas históricas de nuestra clase para convertirlas en acción -o intervención- revolucionaria en las luchas del presente y del futuro. El programa comunista es un arma teórico-práctica para nuestra clase proletaria, pues sin proyecto revolucionario no hay revolución.

Y no son políticos (ojo) porque la política es la esfera separada y alienada del poder en la sociedad capitalista. De hecho, el capitalismo se basa en la alienación, separación, explotación y dominación de la praxis humana unitaria o total. Es decir, este sistema consuma la fragmentación de la sociedad en “esferas”, y de los humanos en “roles”, mediante la institución de la división del trabajo, de la “especialización” (y los “especialistas”). Así, mientras la economía es la esfera separada y alienada de la producción material de las condiciones de vida (y la que domina o “sobredetermina” a las demás, lo que se conoce como alienación economicista), la política es la esfera separada y alienada de la decisión sobre la vida, del poder.

En el capitalismo, ésta última se cristaliza y adquiere su máxima expresión en el Estado (en tanto capitalista colectivo y monopolio de la violencia y la decisión, es decir en tanto que Mafia), pero también en partidos y sindicatos tanto de derecha como de izquierda. Se condensa, pues, en mediadores o intermediarios de las necesidades y de las luchas, porque de esta manera bloquea la autonomía proletaria (médula de la revolución social proletaria) y, en última instancia, porque así mantiene la explotación/dominación capitalistas.

En este punto no está de más señalar que a la subideología que cree y pretende hacer la revolución desde la política o mediante la política, y por ende mediante los partidos y el Estado, se le conoce como politicismo, y es una derivación ideológica de la socialdemocracia, puesto que no pretende –ni comprende- la abolición total, radical e histórica del capitalismo, sino la modificación de éste mediante la política, por lo tanto, mediante el Estado y, lo que es peor, mediante la administración del Estado.

De allí que el comunismo no es un movimiento político ni a-político. Es un movimiento social anti-político, de crítica y abolición/superación de la política en tanto esfera separada y alienada del poder de y sobre la vida (así como también es antieconómico, en tanto realiza la crítica y la abolición de la economía como esfera separada y alienada/alienante).

De allí también que el movimiento comunista no pretenda crear mediante la “política revolucionaria” una “economía comunista”, un “plan económico social” o un “régimen económico comunal” ni nada que se le parezca (grave error que se puede observar en el programa de la cci y de otras minorías), sino criticar y abolir la economía y la política, el trabajo y el Estado, el sindicato y el partido, y toda forma de alienación, separación, explotación y opresión en general.

De donde se desprende además que el proletariado constituido en “Partido histórico” (Marx) y revolucionario no es un partido político, así como no es política –sino social- su dictadura revolucionaria.

En el fondo, esto es así porque el comunismo es la reconciliación de la humanidad consigo misma (y con la naturaleza o el cosmos) aboliendo las clases y los fetiches; es la reunificación y desalienación de todas y cada una de las actividades humanas, de la totalidad de las relaciones, de la praxis y del hombre. La revolución comunista se hace para reapropiarnos y disfrutar de nuestra vida, de sus condiciones, sus actividades y sus frutos, en toda su multidimensionalidad o totalidad… Para que la humanidad vuelva a ser humanidad.

(Es por ello que no se puede pensar y actuar en pos del comunismo bajo los mismos parámetros del capitalismo –economía, política, ideología, o trabajo, Estado, etc.-. El comunismo no es un capitalismo mejor administrado o sin los peores males del capitalismo (¡bazofia socialdemócrata contrarrevolucionaria!). Tampoco es “un nuevo modo de producción” con un “nuevo Estado” (¡otra bazofia socialdemócrata!). El comunismo es la negación, irrupción, ruptura, abolición y superación del capitalismo. El comunismo no solo es una forma histórico-social superior al capitalismo, sino una forma de Ser (de humanidad) profunda, radicalmente distinta y opuesta. Es otro Ser y, por tanto, otro paradigma; un saber otro y antagonista. Existe y se mueve bajo otras lógicas, en este caso, es práctica y teóricamente antieconómico y antipolítico, antimercantil y antiestatal; en suma, anticapitalista, antifetichista o antialienación y antiseparación, tanto en la acción como en el pensamiento. Con esto recordamos, de paso, que la categoría revolucionaria central es la totalidad, así como el antagonismo).

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado II

Aquí un documento del compañero Leons (Perú), en respuesta al texto anterior.


12 de Junio de 2011
Estimados compañeros,
Reciban saludos fraternos a la distancia, la tardanza de mi respuesta se debe a algunas dificultades laborales por las que estoy pasando en estos momentos. Bueno, a continuación les envió unos comentarios a la sistematización de los principios revolucionarios del proletariado que desarrollaron.  
Los principios políticos del proletariado no son tesis formuladas por tal o cual teórico revolucionario del proletariado, sino más bien, son las directrices políticas esenciales contenidas en el ser del proletariado en tanto clase exportada y revolucionaria y, expresados a lo largo de su lucha histórica contra el capital y la burguesía. Estos principios políticos históricos se han reafirmado y reafirmaran una y otra vez hasta que las clases sean emancipadas de las cadenas del capital y, consiguientemente, hasta que las clases sociales queden abolidas por completo.
Los principios políticos revolucionarios del proletariado son pues las tendencias históricas y reales del conjunto del proletariado que se expresaron y expresaran en la lucha histórica de éste contra el actual régimen de producción capitalista. Por eso, el movimiento en el que se logran hacer más nítidos y reales estos principios o tendencias históricas del conjunto del proletariado es el comunismo. El comunismo es, pues, el movimiento real del proletariado en el que se reflejan con mayor vigor y claridad los principios políticos revolucionarios del conjunto del proletariado.
Ahora bien, en cuanto a los principios políticos revolucionarios del proletariado que sistematizaron. Considero que algunos de los puntos fijados como principios no corresponden a lo que propiamente podrían ser considerados como tales, sino más bien, a estrategias y posiciones políticas históricas que han ido esclareciéndose y variando en y para la lucha histórica del proletariado. Pero de otro lado, dicha sistematización ofrece, desde ya, la base para la formulación de una plataforma política de una organización comunista en la que no solo estén expresados principios políticos, sino también posiciones políticas respecto a determinadas instituciones burguesas como el parlamento o los sindicatos así como respecto a determinadas teorías de la izquierda del capital como el llamado “socialismo en un solo país”. Es decir, que con dicha sistematización se avanza en el trabajo hacia la formulación de un autentico programa comunista, en base al cual se estructure y erija una autentica organización comunista política proletaria. Es así que en lo referente a vuestra sistematización de principios y posiciones puedo comentar lo siguiente:
1. “Defendemos la teoría científica de la lucha de clases como motor de la historia.” Respecto a este punto considero que la lucha de clases, como motor de la historia, no necesariamente hace alusión a un principio político revolucionario del proletariado, sino más bien a un postulado científico que responde a los intereses históricos del proletariado, o sea, a un postulado científico proletario. Ya que reconocer y comprender la lucha de clases como motor de la historia civilizada, es comprender, primeramente, que la existencia de las clases y sus luchas fueron históricamente necesarias para el desarrollo de las fuerzas productivas, pero también es comprender que la actual lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre los propietarios de la fuerza de trabajo y los propietarios del capital, son la ultima relación social de producción basada en los antagonismos de clase; ya que dicha relación de producción no ofrece, actualmente, el terreno a partir del cual puedan desarrollarse libremente las modernas fuerzas productivas materiales como la nanotecnología, la robótica, la biotecnología, etc. Así también, comprender la lucha de clases como motor de la historia civilizada es estar conscientes de la irracionalidad del capital en tanto relación social de producción y de la racionalidad de unas nuevas relaciones sociales de producción basadas en la asociación libre y voluntaria de los hombres, es decir, de unas nuevas relaciones de producción que estructuren un modo de producción superior al capitalismo, el comunismo. Y que el transito del actual y viejo modo de producción capitalista hacia el nuevo modo de producción comunista se ha de realizar a través de la dictadura del proletariado. Respecto a este punto, sobre la lucha de clases, no me queda pues sino recordar a Marx cuando escribió que: “...Por lo que a mí se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases...”[1]
2. “Defendemos el internacionalismo proletario… por lo tanto se rechaza la “lucha” por la defensa  de alguna patria y del apoyo a la producción nacional y la desviación antiimperialista”. En la formulación de este principio estamos pues completamente de acuerdo, ya que el Internacionalismo proletario ha estado siempre a lo largo de la lucha histórica del proletariado. Y más aun ahora que el capital se ha mundializado, ya que por primera vez en la historia se han creado las condiciones materiales para el nacimiento de un movimiento no solo internacionalista sino internacional propiamente dicho. Lo vemos por ejemplo actualmente en la extensión de las luchas espontaneas del proletariado, y de demás sectores oprimidos, en Europa o Norte de África. Esta dinámica de mundialización del capital y de sus efectos en la vida socia propiamente dicha, a la que la economía oficial ha llamado globalización, nos muestra pues que la futura emancipación de la clase o por lo menos del futuro asalto revolucionario tendrá connotaciones eminentemente internacionales y, por tanto, el internacionalismo proletario se hará mucho más nítido en la consciencia de los explotados. Una vez Engels hizo alusión a este principio internacionalista cuando protesto contra una cofradía burguesa que intentaba embaucar a los obreros europeos de aquel entonces: “¿Y qué queda en pie del internacionalismo del movimiento obrero? ¡La pálida perspectiva, no ya de una futura acción conjunta de los obreros europeos para su emancipación, sino de una futura «fraternidad internacional de los pueblos», de los «Estados Unidos de Europa» de los burgueses de la Liga por la Paz”[2]  Como observamos, el internacionalismo hace alusión a la acción conjunta de los proletarios. Ahora bien, esta acción conjunta en el futuro no solo será internacional sino intercontinental, es decir, es posible que en el futuro el principio del Internacionalismo tome la forma del Mundialismo Proletario.
3. “defendemos la violencia revolucionaria de las masas proletarias y oprimidas como único medio para liberarnos de las cadenas de la esclavitud asalariada impuesta por el capital.” En cuanto a esta posición defendida, si bien es cierto que la violencia revolucionaria de clase es el único medio para la emancipación de la clase en su conjunto, habríamos que meditar si dicha postura del proletariado es un principio político revolucionario de éste o simplemente el único medio. La verdad, y en lo que a mi respecta, considero que si es un principio político revolucionario del proletariado, un principio que no ha sido formulado como tal por las organizaciones revolucionarias del presente o del pasado, un principio que quizá no ha sido formulado como tal pero que sin embargo ha sido y será manifestado por la clase en su conjunto cada vez que esta se atreve a desafiar todo lo existente. Creo pues que la violencia revolucionaria de la clase no solo es un medio para la emancipación de la clase sino el principio latente en ella que no fue formulado como tal. Si la violencia revolucionaria del proletariado hubiera sido comprendida desde un comienzo como un principio revolucionario de éste, es posible que el movimiento comunista no hubiese sufrido tan fuertemente los golpes del reformismo y del oportunismo que vienen desde la Segunda Internacional hasta la actualidad. La violencia revolucionaria de clase, es decir, la fuerza conscientemente radicalizada de la clase en su conjunto, ha sido y será pues la tendencia natural del proletariado a desembarazarse de toda la sociedad existente. Por eso, los comunistas más que ningún otro, incluidos los anarquistas, “consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente.”[3]
4. “Rechazamos las elecciones, el parlamentarismo, el reformismo… al terrorismo, guerrillerismo… izquierda del capitalismo, negamos los Frente Únicos o Populares” En estos rechazos considero que más que expresar un principio revolucionario propiamente dicho se hace alusión a manifestaciones de un principio a saber. La Independencia o autonomía política de clase. Y es que la Independencia política del proletariado implica el rechazo a toda institución, ideología o alianza que supedite al proletariado, directa o indirectamente, a los intereses del capital nacional o extranjero. La Independencia política de clase y mas aun la Autonomía política del proletariado siempre ha señalado pues que la emancipación del proletariado solo puede ser obra del proletariado o como se señalara ya en los estatutos de la Primera Internacional: “la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera”[4].  
5. “Asumimos que el debate interno y entre los grupos revolucionarios del movimiento comunista internacional es el único medio posible para el esclarecimiento en las posiciones políticas y programáticas que debemos defender y aplicar en el camino hacia el comunismo.” En este punto estamos pues también completamente de acuerdo en que el el debate es un principio revolucionario del proletariado. El debate revolucionario de la clase, es decir, la reflexión colectiva de la clase, es pues la tendencia manifestada de ésta a lo largo de su lucha histórica contra el capital y la burguesía. Así lo encontramos en las discusiones y asambleas abiertas de la Comuna de Paris, en los soviets de 1905 y 1917 en Rusia, en los consejos y asambleas obreras de Italia, Alemania, etc. durante la oleada  revolucionaria de 1917 a 1923 aprox., en las actuales asambleas abiertas en todo en Europa, Norte de África y parte de Asia. El debate de la clase en general y de entre las minorías revolucionarias en particular son pues la directriz por la que podremos seguir profundizando y extendiendo la consciencia revolucionaria de la clase. El debate libre y desprejuiciado es pues el mejor arma contra el aislamiento y el sectarismo.
Ahora bien, considero que el llamamiento que hacen a la unidad y solidaridad política proletaria internacional inspirada y basada en principios políticos revolucionarios del proletariado, es la mejor muestra de la necesidad proletaria para constituir un órgano político proletario (partido) para la lucha internacional organizada del proletariado contra todas las instituciones y coaliciones del capital. Pero sin embargo, habríamos que ver que actualmente, y a pesar de la lucha generalizada y espontanea del proletariado y demás sectores oprimidos a nivel internacional, las diferentes organizaciones y grupos comunistas del medio político proletario internacional aun no solo no se han puesto de acuerdo para iniciar congresos conjuntos para esclarecer y formular un programa y plataforma común para un  eventual partido comunista mundial, sino que ni siquiera han hecho tomas de posición e intervención conjuntas. Por estas razones, el llamamiento que han hecho es posible que no sea respondido como quizá debiera serlo por parte de las organizaciones  y grupos internacionalistas a quienes seguramente se dirigen.
Por otro lado, sabemos que el  estado de letargo revolucionario del proletariado de casi un siglo parece estar comenzándose a cerrar. Luchas masivas internacionalmente simultáneas que no se habían visto desde hace varias décadas comienzan a preocupar a la burguesía mundial, huelgas que tienden a generalizarse a más allá de las fronteras del país donde surgieron, nuevas minorías revolucionarias que empiezan a surgir y entroncarse con las de la generación anterior. ¿Las condiciones subjetivas para un futuro asalto revolucionario del proletariado acaso se están formando? Pues prematuro e incluso algo irresponsable seria afirmar con contundencia que si, pero lo que si sabemos es que estamos entrando en un periodo que nos ofrecerá mejores condiciones para tener una mayor presencia política internacional en y para el conjunto proletariado. Por eso el trabajo de esclarecimiento que estamos realizando considero pues que debe estar encaminado hacia tener una mayor presencia política y de intervención en el seno de nuestra clase. La organización sobre principios y bases programáticas homogéneas para tener una presencia política, planificada y coordinada, en el conjunto del proletariado, ha de ser pues en estos momentos una tareas imperiosa para luchar por la revolución y poner fin a todo este sistema de  producción obsoleto ya históricamente.
Adelante pues compañeros, sigamos en la lucha revolucionaria contra todo el orden existente. La fuerza revolucionaria con la que contamos hoy se extenderá y crecerá en las consciencias y corazones de millones de explotados si hoy sabemos luchar con convicción y consecuencia revolucionaria.
Fraternalmente
Leons



[1] Carta de Marx a Joseph Weydemeyer del 5 de marzo de 1852
[2] Carta de F. Engels a Bebel del 18-28 de marzo de 1875.
[3] Liga de los Comunistas (Marx y Engels): “Manifiesto del Partido Comunista”. Capítulo IV
[4] Estatutos Generales De La Asociación Internacional De Los Trabajadores

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado I

Hace algunos meses el Grupo de Esclarecimiento Comunista difundió un “llamamiento a la unidad” dirigido en general al conjunto del proletariado y en particular a las organizaciones comunistas revolucionarias. Este documento ha producido algunas réplicas que iremos subiendo al blog, comenzando por el texto que inició la discusión y el debate.

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÁMONOS EN LA LUCHA!
El principio de la unidad y solidaridad de clase no es una bella frase altruista o filantrópica, es una necesidad impostergable para la contundente combatividad de nuestra clase a nivel mundial. En cada huelga salvaje, en cada paro radical, en cada desborde proletariado, en cada lucha espontanea y masiva, los revolucionarios siempre exigimos a nuestros hermanos de clase que rompan las fronteras del aislamiento y que extiendan sus luchas con todos los sectores oprimidos y asalariados… pero muchas veces, este llamamiento, esta invocación no es cumplida por los mismos revolucionarios. El espíritu burgués del trabajo de secta se manifiesta muchas veces en la misma dinámica y forma orgánica de los grupos proletarios organizados. No se trabaja en base a la dinámica de la lucha de clases y las necesidades que nos muestra en su desarrollo… muy lejos de esto se trabaja para el grupo, para las siglas, para el beneficio individual, so-pretexto de que solamente “nuestro grupo” es el que tiene la razón y los demás están equivocados. En rechazo al sectarismo y en vista de las luchas masivas en todas las partes del mundo, es necesario que las minorías revolucionarias busquen el trabajo organizado, la unidad en los esfuerzos, en base a una plataforma de acción e intervención en la lucha real de nuestra clase (sin dejar de lado el esclarecimiento mediante el debate).
Compañeros, hemos visto muchos llamamientos a la unidad, muchos llamamientos a los grupos que se hacen llamar revolucionarios, comunistas y clasistas… es hora de que esto sea una realidad, sabemos que habrán muchas complicaciones, que habrán aún diversos problemas que afrontar, pero necesitamos el trabajo organizado, ser efectivos al momento de contribuir a la clase, no tenemos nada que perder… excepto las cadenas alienantes y salariales impuesta por el sistema burgués. Pero también hay que reconocer que no nos podemos unir por unir, por el simple hecho de llamarse comunista, revolucionario u organización de clase proletaria, hay principios históricos que nuestra lucha ha ido dejando a lo largo de su presencia combativa y antagonista con la burguesía y su modo de producción.
Nosotros hemos podido sintetizar, muy brevemente y en forma de borrador los principios políticos que creemos se deben defender en la actualidad en la lucha por la emancipación del capital. Estos principios no son nuestros, no los hemos inventado son la expresión de las lecciones histórica y actuales que muestra nuestra clase en lucha. Pedimos a todos los camaradas que asuman las posiciones plasmadas, ponerse en contacto con nosotros para unificar esfuerzos y lo que pedimos aún con más fervor son las críticas que se puedan hacer a estos puntos, las aclaraciones y desarrollos, sólo de esa forma podremos avanzar y dejar el mundo de las ideas…
Aquí los principios políticos revolucionarios que defendemos:

PRINCIPIOS POLITICOS REVOLUCIONARIOS DEL PROLETARIADO

- Asumimos al proletariado como la única clase que, por ser desposeída de medios de producción y ser la única creadora del valor, es capaz de terminar con el sistema producción capitalista a través de luchas masivas y radicales (fuera del orden Estatal), donde además puedan (y deban) arrastras a demás sectores oprimidos a la lucha. Por eso también defendemos la violencia revolucionaria de las masas proletarias y oprimidas como único medio para liberarnos de las cadenas de la esclavitud asalariada impuesta por el capital.
-Defendemos el internacionalismo proletario, entendiendo por esto que la clase no defiende patrias ni fronteras, por su condición de trabajador colectivo. La revolución para emancipar a la humanidad de la explotación y el capital debe ser mundial.
- Asumimos la lucha contra el capital (como relación de explotación y dominación) “extranjero” o “nacional”, por lo tanto se rechaza la “lucha” por la defensa  de alguna patria y del apoyo a la producción nacional y la desviación antiimperialista. Todos los países bajo el capitalismo explotan a los proletarios, no hay mejor o peor explotación que otra.
- Rechazamos la teoría del socialismo en un solo país. Negamos que pueda construirse la sociedad comunista en un solo país. Bajo el capitalismo, todos los países están entrelazados por la producción mundial y el intercambio.
- Asumimos que, como todo proceso dialéctico, la Revolución proletaria liberará un territorio determinado dentro de una oleada revolucionaria. Los comunistas debemos trabajar para que se extienda las luchas a otros territorios, coordinándolas entre si y también llamando a la organización. Sabemos que mientras no se expanda la revolución solo se resistirá en territorio controlado por los mismos trabajadores hasta degenerar.
- Rechazamos las elecciones, el parlamentarismo, el reformismo, etc. El Estado no es un ente neutro y mediador entre las clases, no podemos entrar dentro de la política capitalista para querer cambiarla, nuestra lucha es por la abolición del Estado (como órgano de poder burgués) y el capital como relación social de explotación asalariada.
- Rechazamos al terrorismo, guerrillerismo, etc. como formas de lucha proletaria. Comprendiendo que la organización de la clase no lo hacen pequeños grupos entusiastas, románticos y voluntaristas sino la misma clase proletaria cuando ha adquirido un colectivo nivel de consciencia.
- Rechazamos a la izquierda del capitalismo, negamos los Frente Únicos o Populares, donde se produzca la unión con la burguesía o donde se trate de unir nuestro programa con sectores que tienen propiedad privada. Nuestra lucha no puede ser desviada a expulsar a algún presidente, a reformar el gobierno o a buscar el rechazo a “empresas extranjeras”.
- Asumimos que el debate interno y entre los grupos revolucionarios del movimiento comunista internacional es el único medio posible para el esclarecimiento en las posiciones políticas y programáticas que debemos defender y aplicar en el camino hacia el comunismo.
- Asumimos que el proletariado tiene que auto-organizarse de todas las formas posibles, ejerciendo su interés de abolir la propiedad privada, el capital, el Estado, etc. Estos medios históricos pueden ser los consejos obreros, de los comités barriales, comités de fábrica, etc., como representantes reales del poder revolucionario del proletariado.
- Comprendemos que los sindicatos son órganos absorbidos por las relaciones capitalistas, y que se encuentran dentro de la política legal estatal. Por tal motivo no creemos que haya buenos o malos sindicatos, sino que los sindicatos sirven para controlar las luchas proletarias dentro de los campos de la legalidad burguesa.
¡Proletarios de todos los países, unámonos!
Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Mayo 2011