viernes, 12 de agosto de 2011

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado VIII

Acontinuación un documento enviado por los compañeros del Grupo Comunista Internacionalista en respuesta al documento del GEC, donde exponen su posición crítica a la base del llamamiento a la unidad.

Estimados compañeros.
Recientemente tuvimos ocasión de leer el llamamiento que en su día lanzasteis para la unidad de los revolucionarios, así como las recientes aportaciones críticas que los compañeros “proletarios salvajes” han realizado.
Para nosotros todo lo que tiene que ver con el proceso de unificación y centralización de las luchas proletarias es un tema fundamental y prioritario para la comunidad de lucha y queremos dejar unos comentarios críticos.
Ante todo saludamos vuestra tentativa de romper con el sectarismo y la reivindicación que hacéis de asumir las necesidades de las luchas, de romper la separación grupo a grupo, de asumir esfuerzos entre compañeros, de actuar de forma centralizada. Es vital luchar contra la lógica de la separación de la burguesía que penetra en los proletarios, en sus estructuras, fomentando el aislamiento y la atomización. Hoy, el desarrollo de la lucha de clases, el desarrollo del proletariado como fuerza, que se empieza a materializar en la reemergencia de sus luchas a nivel masivo en todos lados, posibilita hacer saltar en pedazos toda esta política de sectas. El proletariado tiende en momentos como los actuales a destruir el aislamiento, superar los restringidos marcos de los grupos, a desarrollar el asociacionismo y asumir la centralización del movimiento. Hoy, que estamos en la puerta de entrada de una nueva fase de lucha tras décadas de contrarrevolución y pese a las terribles debilidades que acarreamos, se vuelve a sentir la necesidad de la centralización internacional. Grupos proletarios de diversos países y regiones actúan ya en este sentido, asumen ya la tarea enorme que será llevada a cabo por miles de cuadros revolucionarios, de centralizar la comunidad de lucha,... Nuestro grupo, en tanto que expresión de la comunidad de lucha proletaria y su tendencia a centralizarse mundialmente, nunca escatimó ni escatimará esfuerzos en este sentido. De hecho nuestra propia existencia responde a esa necesidad para la constitución del proletariado en clase, y por tanto en partido. Por eso nosotros siempre hemos asumido este trabajo, este proceso de centralización.
En todo este proceso y en todas las tentativas por coordinar, unificar y centralizar las luchas de nuestra clase siempre hemos defendido que todo esfuerzo por la centralización de las minorías comunistas, en tanto que sectores más decididos, más combativos y más conscientes de las luchas, solo pueden partir de las necesidades de las luchas, de asumir las tareas que el movimiento exige, de coordinar todos los esfuerzos clasistas. Solo en este marco es posible la centralización internacional del proletariado. Como decimos al final de la tesis 56 de nuestras tesis programáticas:
“[...] Dada las condiciones de las cuales emerge esa comunidad de acción revolucionaria, luego de décadas de contrarrevolución, hoy resulta, más evidente que nunca que la misma es una comunidad práctica de necesidades e intereses proletarios afirmados en el enfrentamiento contra el capital, y cristalizados en la acción de minorías de vanguardia, mucho antes de ser una comunidad de consciencia (incluso en lo que respecta a estas minorías). La organización, la centralización de esa comunidad, que se irá afirmando en base a la coordinación de la acción contra el capital (que se desarrolla hoy en forma inorganizada), se contrapone entonces necesariamente con todo tipo de criterios de demarcación ideológica y es y será una demarcación eminentemente práctica, de lucha. [...]”
Por eso estamos totalmente de acuerdo cuando decís que “es necesario que las minorías revolucionarias busquen el trabajo organizado, la unidad en los esfuerzos, en base a una plataforma de acción e intervención en la lucha real de nuestra clase (sin dejar de lado el esclarecimiento mediante el debate)”. Si bien no estamos de acuerdo en la utilización del término intervención para referirse a la actuación de las minorías comunistas en el seno de las luchas de nuestra clase, por todo lo que conlleva, pues hace referencia a una actuación que viene desde el exterior, cuando las minorías comunistas actúan como parte de la lucha, de la clase, y no intervienen. Al margen de esto pensamos que ahí está la clave de la centralización de la lucha, y en concreto de las minorías comunistas -algo inseparable-: centralizarse en base a asumir las necesidades y tareas de las luchas, centralizarse a partir de unos ejes prácticos (lo que llamáis plataforma de acción). Y es en este cuadro en el que tiene cabida la discusión, la elaboración de criterios cada vez más demarcatorios que delimiten cada vez de forma más profunda la revolución y la contrarrevolución.
Sin embargo parece que vuestra propuesta entra contradicción con esa intención que adelantáis. Pese a que mostráis esa tentativa de asumir la centralización en base a “una plataforma de acción”, el desarrollo de la propuesta va por otro lado. En lugar de fijar esos ejes de acción, esa “plataforma de acción”, como fundamento de la propuesta, se ponen en su lugar “unos principios políticos”. Y compañeros, ese es precisamente uno de los caminos que desarticulan las tentativas de centralización. Se pone en bandeja la transformación de toda tentativa real de reagrupamiento de revolucionarios y abre la puerta de entrada a fuerzas que nada tienen que ver con la luchas sino con el mundo de las ideas. Cuando los ejes de acción, cuando la coordinación real de nuestra práctica es dejada de lado para discutir en primer lugar de principios, ponemos el puente para que los oportunistas y los ideólogos tomen el protagonismo esterilizando la tentativa de asociacionismo proletario. En lugar de tomar como base una confluencia práctica se toma como base una declaración de principios.
Cuando decís “Compañeros, hemos visto muchos llamamientos a la unidad, muchos llamamientos a los grupos que se hacen llamar revolucionarios, comunistas y clasistas… es hora de que esto sea una realidad” no hacéis más que reflejar esa realidad que criticamos. Esos llamamientos, esos encuentros de revolucionarios que finalmente para lo único que sirven es para quemar las energías de compañeros que realmente pujan por la estructuración de la lucha, esas espectaculares “preparaciones del partido” que se quedan en discusiones de salón, no responden más que a ese mundo de las ideas, de los principios y no al de la lucha y sus necesidades. No parten de la lucha, no parten de las tareas y de su centralización, parten de principios, de ideas que quieren amoldar las luchas. Por eso se quedan en nada, o lo que es peor, por eso se crean estructuras que en lugar de ser un espacio de reagrupamiento de revolucionarios y centralización de las luchas es un espacio para su liquidación, y por eso algunos compañeros denunciamos esas seudotentativas, Llamamientos así compañeros hay a decenas, pero nada tienen que ver con las propuestas concretas de centralización. De compañeros que asumen la coordinación de las tareas revolucionarias como base del desarrollo de la unificación del proletariado. Recientemente hemos leído también otra propuesta de centralización por parte de “tentativaxx” en la que vemos también que su eje no responde a articulaciones prácticas, sino a principios a los que “basta con dar el visto bueno para comenzar”.
Con esto queremos subrayar el peligro que se corre dirigiéndose hacia esa dirección. No queremos decir que no se requieran una serie de criterios demarcatorios que limiten la entrada de nuestros enemigos, que no haya que discutir... Por supuesto que se necesitan criterios que delimiten en lo posible la entrada de nuestros enemigos en todo proceso de estructuración. Pero siempre partiendo de asumir la centralización de las luchas y no al revés. De hecho es así, asumiendo conjuntamente la práctica que realizábamos por separado algunos grupos y militantes como se corta la entrada a la mayoría de oportunistas y pseudorevolucionarios cuya práctica está ausente de la lucha real de nuestra clase. Nosotros siempre hemos defendido que lo que realmente garantiza la delimitación entre la revolución y la contrarrevolución es la práctica, asumir o no asumir las tareas y necesidades de nuestra clase. Y eso es lo que echamos de menos precisamente en esta propuesta, la columna vertebral de toda propuesta de reagrupamiento de revolucionarios, el punto de inicio de toda tentativa de centralización: unos ejes prácticos que aborden precisamente las necesidades de las luchas, que asuman las tareas de las luchas, y que en base a ellos concretemos el reagrupamiento. De ahí la contradicción que vemos en vuestras intenciones y el desarrollo que hacéis en la propuesta. Sin unos ejes prácticos de articulación todo queda en el vacío, se abre la puerta de par en par al teoricismo, al tertulianismo. La propuesta de centralización entonces pasa a ser una propuesta de debate apartada del terreno del combate de clase en la que las necesidades y tareas de las luchas, en la que la propia centralización, desaparece.
No es con “principios” como se constituirá un polo de reagrupamiento de revolucionarios, no es así como las luchas se centralizan. La centralización es el resultado de la confluencia práctica, de la estructuración colectiva de esa práctica, se trata de que asumamos conjuntamente, de forma coordinada lo que ya asumíamos de forma separada. Entonces el “eje sobre el que apoyarse” no puede ser otro que la de asumir conjuntamente las necesidades y tareas de las luchas de nuestra clase. Una “propuesta abierta” puede englobarse en esa dinámica de centralización, pero siempre que su punto sea precisamente asumir esas necesidades. Sin partir de unos ejes prácticos, sin reivindicar como primer criterio ciertas tareas a asumir conjuntamente en ese proceso de centralización se está esquivando precisamente la sustancia de todo esto, la centralización de las luchas. Los criterios de demarcación, de “filtración”, lo que vosotros llamáis principios, solo valen partiendo precisamente de esa base, de la base de asumir las tareas de las luchas.
Para terminar, subrayar nuevamente que ningún “principio político”, ningún criterio ideológico será nunca la base sobre la que se desarrolle la unidad del proletariado. Por el contrario la base será siempre la organización y centralización de la lucha proletaria. La internacional, el partido, se prefigura hoy en la práctica de un conjunto de minorías proletarias no centralizadas -salvo pequeñas excepciones- que en su lucha vuelven a repropiarse del programa comunista, vuelven a situarse en la línea histórica de la revolución. Es en la coordinación y en la centralización de la práctica de esas minorías donde asienta toda su esencia el proceso de unificación del proletariado. Y es ahí donde tiene sentido la discusión, la formalización de una serie de criterios que de forma cada vez más clara irán delimitando la revolución y la contrarrevolución.
Por todo lo dicho es lógico, y entenderéis, que nuestra crítica no entre en la valoración de los “principios políticos” que invitáis a criticar. La crítica al propio marco de la propuesta, a la propia dinámica de la que parte es aquí lo fundamental y por eso hemos considerado que era lo que había que abordar. Lo otro, criticar esos puntos, es entrar en un terreno que consideramos, tal y como hemos desarrollado, que por el momento no sirve para impulsar la unificación de la lucha proletaria ni para avanzar en la ruptura del aislamiento entre las minorías comunistas.
Por el momento esto es todo compañeros. Nuestra mano está tendida para asumir juntos esfuerzos y tareas para la centralización internacional de las luchas. Toda esta crítica de vuestro llamamiento va en ese sentido.
Esperamos vuestra respuesta.
Niko por el GCI

DEBATE: Sobre los Principios Revolucionarios del Proletariado VII

Aquí una réplica de los compañeros de Tentativa XXI (República Dominicana)

Saludos!
Compañer@s!
Acabamos de efectuar una primera lectura del Manifiesto por la Unidad de Revolucionari@s y queremos felicitarle por tan hermosa iniciativa.  Su intención es debatir públicamente algunas cuestiones del movimiento comunista internacional en el que estamos dispuestos a participar y contribuir para que las minorías comunistas podamos producir un avance revolucionario.  En el mismo tocan lo que para nosotros es una tarea urgente: debatir y divulgar la Onda Proletaria que se expande por el Magreb y el Norte de África.  También, comentan la participación del los Partidos "Comunistas" en la elecciones, y al igual que nosotros se oponen tajantemente.  En ese sentido, consideramos que el abstencionismo histórico y el sabotaje de las elecciones son parte del centralismo orgánico que alberga los ejes programáticos de la revolución comunista hoy, pues los debates y las rupturas efectuadas durante la existencia de la Tercera Internacional permitieron afirmar esa y otras cuestiones, por ejemplo el problema de la guerra capitalista y su transformación en guerra social, son temas que marcaron toda una época en la vida de la Internacional.... En fin, ustedes asumen algunas posiciones, y omiten otras, que para nosotros es de mucha preocupación, es decir no expresan con claridad la determinación de todas las contradicciones del capital a partir del antagonismo entre la burguesía y el proletariado, la dicotomía guerra capitalista/revolución comunista no se plantea con la potencia requerida, como única alternativa para superar los antagonismos del capital mundial.  Las expresiones que usan para evaluar la situación actual tiende a reproducir el discurso de la izquierda de la burguesía....Esas contradicciones y antagonismos, competencia entre fracciones del capital por el control del mercado y el Estado, traen con sigo la destrucción de capital y sus fuerzas productivas, guerra que también tiene la intención de destruir al proletariado.  Consideramos que esa ha sido siempre la dinámica de la lucha de clases desde siempre.  Así las cosas, tenemos que preguntar:
¿Cuáles son los ejes programáticos que tienen que normar la articulación del plan político de construcción partidaria que ustedes proponen?
La respuesta no es nada fácil pues no se puede festinar una cuestión tan seria y compleja como lo es la construcción de la Internacional.  Creemos que podríamos dar un paso en ese sentido si producimos un avance revolucionario, asumiendo y desarrollando la ruptura teórica producida por las minorías revolucionarias en el nivel internacional.  Coincidimos en afirmar que las minorías "hemos acumulado una estola de fracasos", y que revertir los mismos "no podrá lograrse por arte de magia o por acción espontanea.  Es una tarea y responsabilidad que tenemos que asumir consciente de sus dificultades y posibilidades".  Esperamos que podamos continuar intercambiando documentos y debatiendo los contenidos históricos del primer Manifiesto del Partido Comunista y el nivel actual de la lucha de clases.  Un paso en la construcción del Partido Comunista seria efectivo si asumimos el abstencionismo histórico y a partir de nuestras posibilidades sabotear las elecciones.  La cuestión del abstencionismo histórico está determinada por los ejes programáticos del programa comunista hoy, lo que debemos debatir y evaluar es nuestra condición para la acción directa contra las elecciones, determinar las posibilidades de nuestras fuerzas para desatar de manera coordinada una ataque proletario contra el aparato electoral.  Con esa intención es que nos gustaría debatir con ustedes esa posibilidad, llegar a formalizar acuerdos en ese sentido, para llevar a efecto un ataque generalizado contra las elecciones.  Ahora bien, Debe la debilidad política del proletariado determinar acuerdos con sectores de clase no-proletarios?  Con fracciones de capital fuera de la gestión del Estado?  Consideramos que la importancia de su Manifiesto radica en la intención de "clarificar públicamente nuestras diferencias y convergencias en debate franco con sectores que reconocen tales propósitos". 
Conocer y debatir los contenidos del Manifiesto por la Unidad de los Revolucionari@s permite a la masa proletaria que está despertando, la nueva generación proletaria que está reclamando mejores condiciones para vivir mejor, empleo para no reventar de hambre, orientar sus acciones, focalizar las mismas contra el enemigo de clase.  Hay otra generación de la masa de ciudadanos que ha estado atrapada en las estructuras a la derecha e izquierda del capital que están dejando las mismas para asumir la acción directa contra todo lo que nos destruye.  Las acciones contra la Convención Republicana en los Estados Unidos, las acciones contra las estructuras de la "izquierda" en el marco de la batalla proletaria en Grecia, para solo citar dos ejemplos, son una muestra de lo que tiene que hacer el proletariado en Santo Domingo si quiere liberarse del yugo del capital.  Y ese es el papel que tiene que jugar una organización de vanguardia:  organizar, planificar y estructurar la acción directa del proletariado con la intención de superar la división de la sociedad en clases sociales, donde una ejerce su dictadura sobre la otra.  Se trata de iniciar nuestra evaluación de la correlación de fuerzas entre las clases a partir de la determinación de todas las contradicciones por el antagonismo burguesía/proletariado, que posibilita deslindar los campos, entender, coordinar correctamente y focalizar los ataques contra el enemigo histórico.
¿Por que luchamos los comunistas?
Consideramos que los comunistas luchan para terminar con los abusos históricos que ha cometido y continua cometiendo la burguesía mundial al proletariado. La competencia capitalista trae con ella la destrucción de fracciones y sus fuerzas productivas, enviando a las filas del proletariado a sus integrantes.  En estos momentos luchamos por coordinar y generalizar nuestras acciones, elaborar un plan de acción con la intención de aparecer como fuerza proletaria autónoma, como estructura revolucionaria para atacar sorpresivamente al enemigo de clase.  En ese sentido asumimos la tarea de debatir y divulgar las virtudes y debilidades de la Onda Proletaria en el Magreb y el Norte de África...
En el lenguaje usado durante toda la redacción del Manifiesto el proletariado aparece diluido en "pueblos insurrectos" y otras categorías burguesas donde el proletariado aparece diluido, liquidado como clase revolucionaria...
Nos gustaría señalar lo que nosotros consideramos otra limitación del Manifiesto, pues consideramos que el proletariado no debe limitar sus acciones a atacar y "conquistar la dirección del Estado y gobernar."  De lo que se trata es de abolir la máquina de dominación de clase.  Lo que ha estado sucediendo en América Latina desde la experiencia cubana ilustra perfectamente lo que estamos diciendo.  Nuestra debilidad política posibilita la derrota del proletariado, permite a la burguesía mundial desviar las rebeliones proletarias hacia la izquierda del capital.  En ese sentido las luchas proletarias "contra el trujillato y sus remanentes en los años 60...", muestran las acciones de un proletariado que no logró reconocerse como clase revolucionaria; por eso la burguesía mundial logra desviar las luchas y liquidarlas en el Estado.  Dicho de otra manera, el proletariado no se reconoce como clase revolucionaria, actuando y destruyendo la economía nacional y el aparato militar, lo cual posibilita a la burguesía mundial liquidar las acciones proletarias en el Estado, salvando su esencia.
En cuanto a la guerra de abril de 1965, consideramos que la misma tuvo una esencia capitalista y el proletariado fue usado como base y carne de cañón de las facciones en pugna.  Las debilidades políticas del período anterior fueran arrastradas, reproducidas, pues no se efectuó una ruptura teórica con toda la política de la social democracia.  Aun así, consideramos que las acciones proletarias contra los cuarteles deben ser rescatadas y formar parte del plan de acción que ustedes proponen.  Hay que señalar que el Movimiento Popular Dominicano (MPD) planteó que esa no era nuestra guerra; y en efecto no lo era.  Pero el MPD, como vanguardia reformista no pudo arrastrar a la masa proletaria para generalizar la misma y convertirla en guerra social contra las facciones en pugna.  El resto de la historia ustedes la conocen....El proletariado aparece efímeramente en la batalla del puente duarte y sus energías son canalizadas y encuadradas en los Comandos para luchar por la vuelta a la Constitución de 1963.  Así se produjo, para refrendar la derrota militar, el Acuerdo de Reconciliación Nacional.  En otras palabras, reconocemos el papel decisivo de la dirección revolucionaria, pero otorgamos el papel determinante que desató la guerra civil al no-reconocimiento del proletariado como clase revolucionaria...
Ustedes saben que la emancipación del proletariado tiene que ser su propia obra.  Por eso reiteramos que con ella se abre un proceso de abolición de las clases, de destrucción de la sociedad y del Estado mundial de la burguesía.  Así las cosas, es evidente que hay que acelerar los trabajos para superar nuestra debilidad política.  Esta debilidad política se observó en el ataque contra el Ejercito de Libya en la ciudad de Benghazi, nuestros hermanos de clase destruyeron ese objetivo pero acciones similares no se produjeron simultáneamente en otras ciudades, entonces el capital desata la guerra civil.  Ahora hay que transformar la guerra civil en guerra revolucionaria contra ambas facciones en competencia.  En otras palabras, el proletariado se organiza en Partido Internacional para generalizar sus luchas, para actuar como clase revolucionaria con la intención de imponer el modo de producción comunista, y ese proceso está en pañales.
Una verdadera revolución proletaria destruye los pilares del modo de producción capitalista desde el inicio.  Por ejemplo, el poder del enemigo reside en la economía nacional y su aparato militar.  La dictadura el capital se impone con la fuerza del Estado y se  reproduce por un sistema de relaciones sociales y de producción, del trabajo asalariado, que es lo que hay que destruir desde el inicio de las acciones clase contra clase.  La economía nacional tiene que ser sustituida por un régimen económico comunal, por la Comuna y las Fuerzas Armadas por un Ejército Insurreccional, por el armamento universal de todo el proletariado.  Desde nuestro punto de vista, esos son los ejes que posibilitan "construir la dirección revolucionaria del proletariado que sintetice las dos centurias del lucha del proletariado...contra el capitalismo...", como ustedes plantean.
Para que nuestra acción sea revolucionaria necesita de una condición: efectuar una ruptura teórica profunda con todas las formas oficiales del "marxismo", desde que las mismas ya forman parte de la totalidad social capitalista.  Entrar en acuerdos con esta corriente burguesa significa mantenernos en el reino del capital.  Sin embargo, valoramos su intención de debatir públicamente con esta corriente burguesa la política electoral; aunque sería más conveniente desarrollar las acciones del grupo "vota por ninguno".  Ver que posibilidad existe que formen parte de un plan de acción para sabotear las próximas elecciones.   
La acción directa contra la propiedad privada durante 1917-1918 en la antigua Unión Soviética fueron desautorizadas por el Estado "Socialista" y el decreto firmado por el propio Lenin.  Durante el VIII Congreso del Partido Bolchevique tuvo que admitir que los soviets y otras estructuras de acción directa contra la propiedad privada ya no eran órganos de los obreros sino para ellos, con lo que abiertamente se admitía la derrota de la tentativa de Octubre de 1917, desde entonces se comenzó a fusilar en masa.
Aun así, en 1918, al ver la burguesía que el proletariado mundial continuaba luchando por la dictadura del proletariado para imponer el modo de producción comunista, decide invadir territorio soviético e imponer acuerdos que terminaron liquidando la Ola de Acción Proletaria Internacional más prolongada de la historia en 1923.  Es esa derrota la que nos permite la posibilidad de no cometer los mismos errores, la falta de ruptura teórica con la política social demócrata.  A partir de esa experiencia consideramos que hay que debatir todo, pero los ejes programáticos que alberga el centralismo orgánico determinan las acciones del partido en el proceso de construcción de una "dirección revolucionaria del proletariado....", como ustedes plantean.
La división de las minorías revolucionarias es una debilidad política que hay que superar para enfrentar con efectividad los ataques permanentes del capital.  Superar esa debilidad política requiere, como ustedes plantean debatir las bases programáticas de la unidad, con la intención de producir un verdadero avance revolucionario.  Por ejemplo, a partir de la derrota del proletariado internacional en el periodo 1917-1923 hoy se impone la discusión de las limitaciones del concepto dictadura del proletariado para abolir el trabajo asalariado, términos que no aparecen en su Manifiesto.  Por eso consideramos que el debate franco y abierto tiene que incluir una discusión profunda de la dictadura social del proletariado para abolir el trabajo asalariado.  Son cuestiones que no solo interesan a los militantes en el movimiento comunista.  En la historia de nuestra clase desde antes de la Comuna de París de 1871, y con mas claridad a partir de la derrota de la tentativa revolucionaria del período 1917-1923, aparecen las minorías revolucionarias luchando contra la izquierda de la burguesía, contra la liberación nacional, contra el "nacionalismo revolucionario", contra la Patria y la República.  Advertían sobre la urgencia de efectuar un rompimiento con esta facción "radical" de la social democracia.  Esas minorías comunistas continuaron luchando por la revolución proletaria mundial, defendiendo el carácter mundial de la revolución comunista, por imponer el modo de producción comunista en el nivel internacional....unificando criterios y llegando a acuerdos, como la Propuesta de 1986 desde el Uruguay, a todos los que luchan por la revolución proletaria mundial.  Estos y otros ejes programáticos están ausentes en su Manifiesto, por lo que sugerimos que sean incluidos en su llamado al debate público y polémica interna del movimiento comunista para mejorar su contenido.
La debilidad que ustedes señalan en la Onda Proletaria que se expande en el Magreb y por el Norte de África y que atribuyen a "la ausencia de dirección revolucionaria", debe ser igualmente debatida como parte de la tarea de divulgar y expandir la rebelión proletaria en esa región.  Sin embargo, les proponemos que consideren la posibilidad de analizar el proceso a partir de las condiciones impuestas al proletariado por la burguesía mundial.  Atrapado por casi 100 años en estructuras que no les pertenecen, entonces no se reconocía como clase revolucionaria... y que valoren que han sido los golpes permanentes del capital que lo ha empujado a tomar las calles contra todas las estructuras que lo mantuvieron atado.  En otras palabras, la salida que está efectuando el proletariado tiene las caracteristas del período contrarrevolucionario impuesto por el capital mundial.  El proletariado está saliendo a reclamar su espacio como clase autónoma y, desde luego, trae aparejado las características del proceso: falta de reconocimiento de su potencia como clase revolucionaria.  Las minorías revolucionarias siempre han estado presentes en los conatos de insurrección, en las acciones directas, pero la masa proletaria no respondía como lo está haciendo hoy.  Aun así  consideramos que el movimiento internacional del proletariado está en pañales, lo que posibilita que la burguesía mundial pueda imponer su facción "radical", como sucedió en 1959 en Cuba y recientemente en Venezuela.
Camaradas, la política de la burguesía es desviar las luchas reivindicativas, asumirlas para liquidarlas en el Estado.  Los Sindicatos y otras estructuras sirven perfectamente ese propósito.  En ese sentido, consideramos correcto que ustedes asuman la tarea de "ayudar a la unidad de estos sectores de base" que reclaman vivir mejor.  Sin embargo, hay que recordar que las minorías revolucionarias en el nivel internacional, hace tiempo que rompieron con la política sindical y han estado proponiendo otras estructuras que superan el Sindicato, para el enfrentamiento clase contra clase.  Por eso le recordábamos que el centralismo orgánico debe determinar nuestro plan de acción.  A partir del mismo podemos decir que en Santo Domingo se requiere de una Coordinadora Revolucionaria ( o como ustedes les quieran llamar) para levantar un movimiento radical, una acción de clase con la intención de conquistar el poder.  Esa seria una acción imporante de nuestro partido en esta isla del Caribe.  En ese sentido estamos en la mejor disposición de participar activamente en la preparación y participación de los debates que ustedes proponen, para contribuir en la organización, planificación y estructuración del proletariado como clase revolucionaria.  Se trata de prepararnos para destruir la economía nacional y su aparato militar, es decir imponer un plan económico directamente social, que resuelva inmediatamente los abusos históricos cometidos por la  burguesía contra el proletariado y poner el avance revolucionario logrado  al servicio de la revolución comunista.  En otras palabras, lo que está en el orden del día es la revolución comunista, la dictadura social del proletariado para abolir el trabajo asalariado.  En ese sentido y para producir un avance revolucionario, nos gustaría que consideren incluir en el debate:
*Abstencionismo histórico y Acción callejera.
*Destruir o reformar la economía nacional y el aparato militar.
* Régimen Económico Comunal y Ejercito Insurreccional Internacionalista como estructuras económica y militar del modo de producción comunista.
*Coordinadora Revolucionaria: herramienta para preparar la insurrección proletaria.
* Núcleo de Trabajadores: órganos de la dictadura social del proletariado.
Finalmente, queremos reiterar nuestro apoyo al debate público e interno del movimiento comunista,  y esperamos que la comunicación entre nosotros sea lo más fluida posible.
Con saludos revolucionarios,
Tentativa XXI